Cómo escuchar música clásica

Una de las cosas que más escucho en conversación cuando la gente se da cuenta de que soy músico va por la línea de “bueno, me gusta algunas piezas de la música clásica pero no la entiendo y mucha de ella me deja frío”. He estado inmerso desde muy joven en la música clásica y por eso no es tan fácil para mí describir qué es que me gusta de una obra, qué es lo que no me gusta de otra y qué es que me encanta de otra. La razón es simple: Nunca tenía que pensarlo, era simplemente algo que podía hacer como subir en bici y algo que significaba algo para mí. Intentaré sugerir maneras para entrar en el mundo de la música clásica como escuchante principiante o por lo menos con interés renovado y por el camino intentar descubrir qué es que hace que una pieza funciona para mí y otra no. Si funciona mi brillante plan el público en mis conciertos se doblará – ¡a 20 personas!

Uno podría justificar el preguntar cómo escuchar cualquier tipo de música. Algunos ejemplos de música clásica, sin embargo, están mejor calificados para entrar en nuestras mentes y corazones si estamos preparados para la experiencia.

Una idea que puede ayudar a la hora de dejar la música entrar es primero encontrar un ambiente acogedor y adecuado para la experiencia: descubrir un espacio cómodo e intentar mantener las molestias a la mínima. Puede ayudar apagar las luces y tener un buen sistema de sonido. Si posible intentar asistir a un evento en vivo de música clásica aunque, a veces, hay más distracciones en un auditorio que en casa.

Ejemplo: Aaron Copland – Down a Country Lane.

Intentaba describir el sentimiento de tranquilidad y espacio encontrado en un paseo por el campo. No en las montañas, no al lado del mar sino en los alrededores de un pueblo del noreste de EEUU donde las casas son del tipo colonial y los arboles grandes tienen follaje multicolor.

Contextualizar es una ayuda importante: ¿Cómo era/es el compositor/la compositora? ¿Qué situación vivía en el momento de componer la obra? ¿Cómo componía normalmente? ¿Al piano? ¿En la mesa de la cocina?

Escucha como acompaña la melodía simple con los suspiros de los árboles mientras la brisa suave sopla por sus ramas. Una pieza nostálgica que nos hace acordar de nuestra infancia.